sábado, 27 de agosto de 2016

Caso Flores +imágenes y teléfono recuperado

El caso de los sobrinos de Cilia Flores, Efraín Campos Flores y Francisco Flores De Freitas, tiene nuevas imágenes. Los documentos de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, difundidos este sábado, incluyeron una serie de fotografías que revelan algunos de los hallazgos hechos por la parte acusadora. Armas, reuniones y la manipulación de cocaína se suman como pruebas a la causa abierta en noviembre pasado.
Una de estas primeras fotos fue tomada el 4 de octubre de 2015 en San Pedro Sula, Honduras. Ese día, los sobrinos de la Primera Dama se reunieron con varios de los implicados en la operación en la que se transportaría cocaína desde Venezuela. Entre estas personas estaba CW-I, testigo cooperante de la DEA en ese país. Campos Flores lo identificó posteriormente como “El Sentado”, porque a causa de un accidente había quedado en silla de ruedas. El papel de esta personas era hacer el contacto con el responsable de recibir la droga en Honduras.
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Campos y Flores estuvieron también en una reunión con dos fuentes confidenciales de la DEA, quienes actuaban como destinatarios finales de los estupefacientes, efectuada en Caracas el 27 de octubre de 2015. Allí, Campos explicó que su proveedor le había enviado una panela de un kilo de cocaína en un bolso. “Mientras Flores observaba, Campos se puso los guantes para evitar dejar huellas digitales en ‘el Kilo'”, apunta el documento.
Campos ayudó a examinar la calidad de la coca y luego usó cinta adhesiva para sellar nuevamente el paquete. Un testigo, dice la Fiscalía, les explicó que la droga “tenía entre 95% y 97% de pureza, basándose en el olor, la apariencia y la textura”.
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Días antes de este encuentro, ambos acusados habían sostenido otra cita con las fuentes de la DEA. Para ese momento, habían afirmado que Venezuela estaba en guerra con Estados Unidos y con la oposición y que deseaban empezar de inmediato el tráfico de drogas para ganar, en cuestión de dos meses, alrededor de 20 millones de dólares.
Flores asistió a otra reunión en Honduras el 6 de noviembre de 2015 con la intención de finiquitar los detalles de la operación. A esas alturas, ya el contacto con quien recibiría la droga en ese país -Roberto de Jesús Soto García, acusado por la Corte del Distrito Sur de Nueva York- había sido hecho. Las imágenes siguientes fueron obtenidas de un teléfono incautado el día de la aprehensión de los sobrinos. Todo parece indicar que Flores se trasladó en un avión privado.
flores_hondurasEn la mañana del 10 de noviembre de 2015, los sobrinos viajaron desde Venezuela hasta Puerto Príncipe. En ese lugar, uno de las fuentes confidenciales de la DEA, que actuaba como el jefe mexicano que recibiría el cargamento, les daría millones de dólares para que comparan más droga para los próximos traslados.
Luego de llegar, Campos y Flores se reunieron con la fuente en un restaurante de un hotel de la capital haitiana. Fue allí donde explicaron que tenían listo el primer cargamento. Durante ese encuentro, los funcionarios del Bureau de Lutte contre le Trafic illicite de Stupéfiants (“BLTS”) u Oficina de lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes de Haití, entraron e hicieron las detenciones. Poco después, los agentes se tomaron esta foto con los arrestados.
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En la detención se incautaron varios teléfonos inteligentes. Uno de estos, era un iPhone propiedad de Efraín Campos Flores. Allí aparecieron dos hallazgos.
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En una foto tomada el 20 de septiembre de 2015, se muestran dos armas de fuego y un iPhone con un case similar al incautado, el mismo con el que su presunto dueño se tomó un selfie.
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En otra imagen del 25 de septiembre se muestra un lanzacohetes.

¿Qué pasó en la PGV?

En la penitenciaría de San Juan de los Morros el pramato impuso su voluntad. El secuestro de empleados gubernamentales solo se resolvió con la intervención de funcionarios de Miraflores

@javiermayorca

Luego de pasar seis días en poder de los reos, los empleados del ministerio para Servicio Penitenciario no quieren regresar a la Penitenciaría General de Venezuela.
Los 42 trabajadores y un contratista que llevaba alimentos a esa cárcel fueron secuestrados por los internos a partir de la madrugada del lunes 1 de agosto. Algunos de ellos permanecieron cautivos hasta el sábado 6 de agosto, cuando el líder de los detenidos o pram, conocido como Viruviru o La Guaira, consideró satisfecha su demanda de que repoblaran la penitenciaría.
El lunes 8 de agosto, el ministerio otorgó 21 días de reposo a los trabajadores que fueron víctimas del secuestro. Aunque les prohibió declarar a los medios, algunos de ellos confiaron que no desean regresar a sus labores, especialmente si se toma en cuenta que la nueva administración del penal les había exigido trasladar sus puestos de trabajo desde las áreas externas de la instalación hacia el interior. Esta circunstancia facilitó la captura por parte de los reclusos.
En los primeros días, las víctimas permanecieron en grupos divididos, todos bajo amenaza de muerte. Cuando uno de los líderes del secuestro quería ir de un lado a otro del penal las utilizaba como escudos.
PGV: tierra de prames
Al comienzo los reclusos exigieron la presencia de la ministra Maria Iris Varela. Pero ella nunca fue. El miércoles 3 de agosto, según los testimonios, se presentó el ex ministro del Deporte Antonio el Potro Alvarez. Aunque su cara es familiar en Tocorón, los reos de la PGV lo rechazaron.
El jueves la crisis dio un vuelco. El Gobierno le quitó a Varela la interlocución con los reos y se la entregó a José Vicente Rangel Avalos, ex alcalde de Sucre y viceministro de Asuntos para la Paz. Este cargo lo creó Maduro a la medida de Rangel en junio de 2015, y lo adscribió al Despacho de la Presidencia.
En otras palabras, el secuestro en la PGV se resolvió desde Miraflores.
Rangel, diseñador del controvertido programa de las “zonas de paz”, se trasladó a la cárcel y revisó la situación de los cautivos. Luego se comprometió a iniciar los traslados de reclusos hacia esa penitenciaría.
El pramato, por lo tanto, encontró un mecanismo para quebrarle el espinazo al Ejecutivo. El director de la organización Una Ventana para la Libertad Carlos Nieto indicó que hasta el miércoles pasado (10 de agosto) habían llegado a la instalación de San Juan de Los Morros 2380 detenidos, enviados desde retenes de Distrito Capital, Aragua, Carabobo, Lara y por supuesto de Guárico.
La crisis de la PGV representa un giro en la relación entre los líderes carcelarios y el Estado. Anteriormente los conflictos eran originados por el hacinamiento y otros factores. Básicamente, se resolvían con desalojos. Ahora, exigen que les aseguren su mercado para continuar los cobros de extorsión, conocida como causa en la jerga penitenciaria.
El modelo de acción instaurado en la PGV ahora es imitado por los presos de otras cárceles. En Puente Ayala con la sola amenaza de secuestrar empleados enviaron 1800 detenidos.